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En el curso Formación del profesor tutor para educación en línea una de las actividades es un foro de debate en el que se reflexiona e interactúa en torno a la temática "¿Cómo ayudar a nuestros estudiantes en la distancia?"
Las reflexiones y aportes, especialmente en estos tiempos de confinamiento y de "obligatoriedad" de virtualización de la educación universitaria ha invitado a la reflexión y al "reformateo" de las mentes y de las acciones a partir de la flexibilización y adaptación a los recursos disponibles en medio de las circunstancias.
He pedido permiso a unos de los profesores universitarios (estudiante del curso) para compartir y publicar una de sus intervenciones, me ha parecido que logra transmitir en magistrales palabras un sentir compartido por muchos. Además destaca la vuelta al estudiante como centro del quehacer educativo, el compromiso docente como agente social de cambio y el de la institución universitaria como ámbito de apoyo a todo el proceso.
Me parece que nos encontramos golpeados por una crisis que poco a poco estamos transformando en una oportunidad y hacerlo conlleva un proceso que involucra el esfuerzo de muchas personas trabajando en varios frentes de manera simultánea.
Por un lado, se encuentra la Universidad al dar un
marco institucional y reaccionando ante la adversidad otorgando los
recursos y los espacios necesarios para trabajar a la distancia.
Tenemos también el esfuerzo de los profesores que han debido, incluso levantándose de dificultades personales, innovar “sobre la marcha” para estar listos a emprender un semestre que va a marcar un punto de inflexión en nuestra vida personal y docente.
Nos encontramos revisando herramientas tecnológicas, programas
informáticos y estrategias docentes para poder continuar formando a
nuestros alumnos sentados, ya no en la conocida y cálida aula de clases,
sino al otro lado de la cámara web, con un audífono y
un teclado en sus manos. Después de unos años podremos contar que
vivimos el cambio de un modelo educativo basado en la presencialidad a
un modelo educativo virtual donde la “presencialidad” cobra otros
matices y nos presenta varios desafíos. Uno de ellos es poder rodear a
nuestras clases de esa atmósfera de preocupación genuina por el ser humano que
vemos en la pantalla, no solo desde el punto de vista de su desarrollo
técnico-profesional sino también desde el cada vez más necesario campo
de los valores y de la responsabilidad social.
Debemos reconocer además el esfuerzo de nuestros alumnos y de sus familias,
golpeados también por la tragedia, pero sin embargo innovando y
levantándose a su manera, confiando en nosotros y un sistema de clases
on line del que acaso saben poco, pero con la certeza de que la educación y el compromiso son las únicas herramientas para construir un futuro digno y promisorio.
Mi reconocimiento al apoyo institucional, al entusiasmo de nuestros alumnos y al esfuerzo de mis colegas.
Servio Correa Macías
¡Gracias Servio!
Saludos cordiales y hasta la próxima ;-)
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Excelente reflexión. Apropiada y oportuna.
ResponderEliminarAsí es, gracias por comentar. :-)
ResponderEliminarGracias, permite ver a dónde estamos y hacia dónde queremos llegar.
ResponderEliminarVerdad, es un punto de inflexión, ya estamos con otras formas de interactuar, cual será el límite, incierto?. Pero......, interactuar como seres humanos y no como robots?????.
ResponderEliminarSaludos