En un mundo cada vez más mediado por la inteligencia artificial, el reskilling no puede limitarse a competencias técnicas o digitales. El desafío real radica en potenciar aquellas habilidades intrínsecamente humanas que ninguna máquina puede replicar aunque cada vez se están haciendo aproximaciones a ese comportamiento pero solo por programación. En este sentido, tendremos que voltear la mirada para prestar más atención a muchas otras "capacidades " que tal vez tengamos dormidas, como la resiliencia , la conciencia de la " inteligencia del corazón " y del mundo que habita en nosotros y que desconocemos. Será preciso que la educación deje de enfocarse únicamente en la eficiencia para priorizar el desarrollo de la inteligencia emocional , el pensamiento complejo, y el sentido de la humanidad. La automatización avanza imparable, pero lejos de reducirnos a meros operadores de sistemas tecnológicos, esta transformación debe impulsarnos a redefinir nuestro rol...
Salto cuántico hacia la divulgación en acción.