En un mundo cada vez más mediado por la inteligencia artificial, el reskilling no puede limitarse a competencias técnicas o digitales. El desafío real radica en potenciar aquellas habilidades intrínsecamente humanas que ninguna máquina puede replicar aunque cada vez se están haciendo aproximaciones a ese comportamiento pero solo por programación. En este sentido, tendremos que voltear la mirada para prestar más atención a muchas otras "capacidades" que tal vez tengamos dormidas, como la resiliencia, la conciencia de la "inteligencia del corazón" y del mundo que habita en nosotros y que desconocemos. Será preciso que la educación deje de enfocarse únicamente en la eficiencia para priorizar el desarrollo de la inteligencia emocional, el pensamiento complejo, y el sentido de la humanidad.
Por tanto, el debate no debe centrarse en cómo competir con las máquinas, sino en cómo mantener nuestra esencia humana en un entorno hiper-tecnológico. Si no invertimos en formar personas capaces de pensar críticamente, sentir profundamente y actuar con responsabilidad colectiva, estaremos fabricando un futuro inteligente… pero vacío de alma.
¿Acaso queremos una educación que forme solo buenos técnicos o seres humanos plenos?
Tenemos mucho por hacer en educación, repensarnos, integrar la tecnología para optimizar todo lo que sea posible, no perder de vista el rumbo... y plantearnos qué otras habilidades podemos desarrollar para vivir más plenamente en medio de tantos desafíos....
Nos leemos ;-)
Nota: Reflexiones compartidas en foro del Experto Universitario en IA aplicada en la educación UNIR edición abril-Julio 2025
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